Un espectáculo “extraordinario”. Así describieron los responsables del Instituto Universitario de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén (UJA) la recreación del rito ibero del equinoccio de otoño en el yacimiento de Puente Tablas que desarrollaron durante el amanecer del miércoles, 23 de septiembre. Fueron testigos alrededor de medio centenar de personas.
“Al salir el Sol por el horizonte, su luz se funde con la diosa de la fertilidad,representada por una estela antropomorfa- en un ritual que da comienzo a la fiesta del otoño y marca el comienzo de un ciclo agrícola, por lo que se combina el poder del Príncipe de Puente Tablas, con riqueza económica, la diosa y el Sol”, subdirector del centro, Manuel Molinos.
Tanto el equinoccio de otoño como el de primavera significan el inicio de un periodo agrícola y por lo tanto “son fiestas de gran importancia en todos los calendarios de las sociedades que viven del campo”, según apuntó Molinos.
El ritual se recreó en la denominada Puerta del Sol del oppidum, construida en el siglo V a.C. y orientada dirección Este-Oeste, que para los investigadores del Instituto de Arqueología Ibérica de la UJA representa más que una puerta.
“No sólo es una puerta de culto, sino que también es un calendario, regulando la vida del poblado, tanto desde el punto de vista de sus aspectos culturales como económicos”, terminó el profesor Manuel Molinos.