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El plan de peatonalización encalla en los tribunales

Serrano Gámez, dueño del solar del antiguo Simago, demanda al gobierno local por frenarle su licencia que contempla el paso parcial de vehículos

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  • Recreación del proyecto -

Un ambicioso y controvertido plan de peatonalización  del centro de la ciudad se ha colado en el debate político municipal a la vuelta de las vacaciones estivales.  El equipo de gobierno, del PP, ha empezado a divulgar un proyecto que supondría una auténtica revolución en el tráfico rodado y el peatonal en el corazón comercial de la capital y que, en síntesis, contempla vetar desde Roldán y Marín el paso de vehículos en dirección hacia la zona sur.
Pero, aunque desde el área de Urbanismo se indica que es un estudio en el que se trabaja desde hace dos años, lo cierto  es que  el equipo de gobierno se ha visto forzado a actuar después de que la conocida empresa Hierros Serrano Gámez  haya llevado al Ayuntamiento a los tribunales por   la inacción municipal en relación a la actuación urbanística diseñada en el solar del antiguo Simago, en la calle San Clemente. Ahí está el origen de este plan y también el principal escollo que se adivina para consensuarlo.
Serrano Gámez, según la documentación a la que ha tenido acceso VIVA JAÉN, ha formulado en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Jaén una demanda por entender que existe “una clara desviación de poder” pues “el Ayuntamiento ha utilizado potestades administrativas para fines distintos por los fijados por el ordenamiento urbanístico”. En concreto, se acusa al actual equipo de gobierno de dejar sin efecto “por intereses claramente partidistas” su proyecto aprobado el 26 de enero de 2011 (por el entonces gobierno local de PSOE e IU) y que preveía 45 viviendas de lujo, dos plantas comerciales  de unos 1.800 metros cuadrados cada una y otras dos plantas de aparcamiento con capacidad para un centenar de vehículos. La licencia que recibió Serrano Gámez para esa actuación ya caducó, pero el 22 de mayo de 2014 solicitó una prórroga de la misma, sin que se haya tenido respuesta alguna del Ayuntamiento.
Serrano Gámez,que ya había llegado a un acuerdo para la venta de este solar a un grupo para la instalación de una conocida superficie comercial alimentaria,  cree que el actual equipo de gobierno “ha tenido la voluntad inequívoca” de abortar su proyecto, solo por su negativa a permitir el paso de vehículos, de manera parcial, por la calle San Clemente. “Me sorprende que en su día se diera una licencia para que los coches pudieran entrar en San Clemente, es un cuento chino”, indicó el pasado lunes el concejal de Urbanismo, Javier Márquez.
En cambio, Serrano Gámez cree que el PP ha frenado su proyecto solo por el miedo a un posible coste electoral (estiman que perderían de dos a tres concejales si se abriera al tráfico San Clemente).  La empresa promotora jienense añade que otra prueba del nulo interés municipal por reactivar su plan es la resolución de 13 de marzo de 2013 donde se intentó incluir el solar de la discordia en el Registro Municipal de Solares y Edificaciones Ruinosas, algo que finalmente no prosperó y que podría haber enterrado definitivamente esa actuación.
Serrano Gámez revela que fue a raíz de ese desencuentro cuando el Ayuntamiento  le ofreció la posibilidad de integrar el solar de su propiedad en su propuesta de reordenación integral del centro (conectando el mercado de San Francisco con el citado solar) que ahora ha empezado a divulgar el Ayuntamiento. Pero esa actuación municipal, según Serrano Gámez,  “bordea la legalidad” al ignorar su proyecto primitivo, además de desconfiar de la necesaria financiación público-privada que requiere una operación urbanística de esa dimensión.
Así las cosas, Serrano Gámez, que llegó a abonar más de 40.000 euros por la licencia para actuar en el antiguo Simago, ha decidido llevar a los tribunales al Ayuntamiento para intentar desbloquear esa actuación urbanística. La empresa jiennense, en clara situación de asfixia económica debido al concurso de acreedores que presentó, pretende vender el citado solar predestinado para un coocido grupo alimentario, pero obviamente el valor de la  operación varía ostensiblemente de incluirse o no la licencia urbanística que en su día le concedió el Ayuntamiento y que Serrano Gámez quiere hacer valer en los tribunales. Y todo por el enigma del tráfico en la calle San Clemente.

Eje comercial

La reordenación integral del centro que baraja el área de Urbanismo (y que integraría el solar antiguo de Simago) persigue relanzar el eje que atraviesa las calles San Clemente, Doctor Eduardo Arroyo y Álamos, fortaleciendo al mercado de San Francisco. Un plan que supondría vetar el paso de vehículos desde Roldán y Marín y plaza de la Constitución y que obligaría a los conductores que quieran acceder a la zona sur a desviarse hacia Jardinillos en dirección hacia la calle Álamos, que alteraría su actual sentido de circulación. La otra alternativa para los vehículos sería la calle Rastro para acceder a Virgen de la Capilla y Puerta Barrera.
Una “operación compleja”, en palabras del concejal de Urbanismo, Javier Márquez, que admite que el proyecto requiere del consenso entre las administraciones (la Diputación ampliaría su patio posterior) y de una financiación público-privada que, al contrario de lo que opina Serrano Gámez, cree que sí existe. “Supondría relanzar el comercio del centro de Jaén y revitalizar el mercado de San Francisco, que también saldría ganando con un aparcamiento más amplio y mejor que el actual y con una plaza pública”, sostiene Márquez. A su juicio, de prosperar la superficie comercial diseñada en el antiguo solar de Simago, sería una “amenaza” para los vendedores y minoristas de la plaza de abastos.
La calle Álamos se convertiría en punto clave dentro del plan de peatonalización diseñado desde el área de Urbanismo. No solo se invertiría el actual sentido de circulación para el acceso de los vehículos a la zona sur, sino que la intención es que también desde esa arteria (a la altura de donde hoy se encuentra Somuvisa) se abriría el nuevo acceso al aparcamiento del mercado de San Francisco.
Sea como fuere, el equipo de gobierno asume que esta compleja actuación requiere del “consenso político”, un acuerdo que ahora mismo no existe y que parece lejano.

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