Rebasando las 17:15 horas, la expedición sevillista llegaba al Aeropuerto de San Pablo portando el entorchado y con ganas de compartir el triunfo con su gente.
Y una primera parada especial en el Hospital San Juan de Dios, junto al estadio nervionense , donde los niños enfermos y las personas discapacitadas que residen en el centro, pudieron disfrutar de sus ídolos y viceversa.
Ni los 32 grados de temperatura frenaron el festejo que se trasladó a las calles de Sevilla. Un autobús rojo descapotable y una enorme multitud se dieron cita en la Puerta de Jerez como mandan la tradición en cada uno de los éxitos de la entidad rojiblanca.
Ataviados con bufandas y banderas blanquirrojas ondeadas al viento sin cesar, se escucharon los cánticos clásicos que el sevillismo suele entonar; así como el himno del club (tanto el antiguo como el del centenario), amén de una variedad melodías para todos y cada uno de los componentes de la institución.
Otro de los puntos en el orden del día situó a la comitiva del Sevilla en el salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla para ser recibido por el alcalde en funciones de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, quien se deshizo en elogios para con el club nervionense.
El fin de fiesta como no podría ser de otra forma, tuvo su bello epílogo con un espectáculo de luces y sonido y como escenario para ello, el Ramón Sánchez Pizjuán.