Los muertos no votan

Ahora que el Ayuntamiento se empeña en hacer toda la micropolítica con la que dejó huérfana a la ciudad durante el mandato. Ahora que cuadrillas de vecinos limpian cunetas y hacen los preparativos para pintar aparcamientos mientras llega la pintura; y ahora que el dedo indicador del abandono de los barrios ondea un día sí y otro también en las instantáneas de los partidos en esta doble e insípida campaña electoral, nadie, como en el resto del mandato, se acuerda de los difuntos. Los muertos no votan y como aún queda lejos la festividad de noviembre y son pocos los que se atreven a ir a rendirle culto a sus antepasados en los dos camposantos de la ciudad, al cual más abandonado, ambos se caen a pedazos sin que el Ayuntamiento mueva un dedo. El cementerio de San Eufrasio, el viejo, con un único operario, espera la inversión que nadie quiere hacer para que la ciudad no pierda algunos panteones y enterramientos catalogados. No olvidemos que está declarado Bien de Interés Cultural y que forma parte del Casco Histórico de Jaén. El de San Fernando, el antes conocido como nuevo, tiene cada vez más zonas clausuradas, no sabemos si a la espera de que suceda alguna desgracia, porque también se cae a pedazos. Y mientras, el pliego para adjudicar su explotación a una empresa privada, que rehabilitaría el primero, duerme el sueño de los justos en Contratación. Lo dicho, ahí no hay votos.