La alcaldesa de Ronda, que opta este nuevo año a su reelección, habla para RONDA SEMANAL cuando apenas quedan cinco meses para las elecciones locales. Fernández dice estar satisfecha con el trabajo realizado, y niega que los múltiples proyectos que están en marcha en la ciudad en estos meses sean fruto del electoralismo. Defiende una mejora en la economía municipal y mantiene las tesis de su partido en torno a la recuperación a nivel general. Tras que se haya sabido que Eroski ha presentado su licencia de obras, comenzando preguntado por este proyecto y sus derivadas a Mari Paz Fernández.
¿Entienden que la voluntad de la empresa es inequívoca?
—Si no fuese así no habrían pedido licencia y presentado el proyecto básico. Yo siempre he dicho desde el primer momento tras alcanzar con ellos el acuerdo que la empresa tenía voluntad de construir el centro comercial, pese a las muchas complicaciones y vicisitudes. De hecho, en su día presentaron un proyecto de urbanización que es amplísimo, con muchas discusiones técnicas que se han solventado entre los arquitectos de la empresa y los del Ayuntamiento hasta que se alcanzó un acuerdo; y tenían voluntad de construir, tanta que han presentado este pasado 22 de diciembre el proyecto básico de actuación que supone la solicitud de licencia. Ahora el proyecto debe ser analizado por nuestros técnicos y someterse a la licencia comercial, y la empresa pretende comenzar sobre abril si todo va bien. No quiero dar fechas exactas, pese a todo, porque siempre pueden surgir problemas, pero la intención es que sobre abril puedan comenzar las obras.
¿Qué tipo de problemas pueden surgir? Si aparecen, ¿podrían ser de tanta envergadura como para frenar aún más el proyecto?
—Los problemas que pueden surgir son de tipo técnico, y deberán solventarse siempre de acuerdo a nuestro PGOU y al resto de la legislación vigente. Pero el proyecto es absolutamente definitivo: la empresa quiere construir, y en las últimas conversaciones que he mantenido con ellos ya me han comunicado que están negociando con las firmas y operadores que van a venir a instalarse a Ronda. Me podrían haber mentido, pero no tienen necesidad de hacerlo.
En lo que les compete, ¿darán máxima prioridad a este asunto?
—Por supuesto; pero por una razón únicamente: porque va a generar mucho empleo, durante la obra y una vez acabado el proyecto. Y porque supone remodelar una zona en desuso en la ciudad ahora mismo infrautilizada. El equipo de Gobierno hizo una apuesta muy arriesgada para desbloquear este proyecto; al margen de todo lo pasado, en lo que ya ni entro ni salgo, el proyecto es bueno porque generará movimiento económico y empleos en Ronda. Siempre creímos en el proyecto.
¿Le ha trasladado la empresa cuánto puede llevar la obra una vez que comience?
—Será una obra de más de un año; será un período largo porque estamos hablando de un gran centro comercial. No es tan grande como el inicialmente presentado, porque ha cambiado la situación de los mercados y las empresas, pero es un centro bastante amplio.
Pero es más que un supermercado...
—Es un centro comercial con 19.000 metros cuadrados para tiendas. No será ‘La Cañada’, para que nos entendamos, pero sí será muy grande.
Un juzgado ha dado la razón al Ayuntamiento sobre el tema Merinos. ¿Cómo valora la situación?
—Hay que recordar que Merinos decidió en su día suspender los pagos del convenio con el Ayuntamiento y hacer incluso una reclamación; tras ello firmamos un nuevo acuerdo para que siguieran haciendo frente a estas obligaciones y, entretanto, ha llegado una sentencia que dice que Merinos debe seguir con el pago de esos compromisos adquiridos en su día. Ahora debemos tener además en cuenta que Banco Popular ha entrado en escena al quedarse con la firma, y deberemos sentarnos con ellos.
¿Aún no se han visto?
—No porque hace sólo unos días desde que esto ocurriera. Pero a principios de año tendremos que sentarnos con esos nuevos dueños de los terrenos para saber qué harán con ellos, si siguen o no adelante con su proyecto en Ronda, que entendemos que sí lo harán.
¿No cree por todo ello que es arriesgado gastarse el dinero de Merinos?
—Curiosamente en estos tres años nosotros casi no hemos gastado nada porque no han ingresado ese dinero; el año pasado, por ejemplo, supeditamos las inversiones a esos pagos. Aunque hay que recordar que el convenio con Merinos se firmó por 16 años y que todas las corporaciones han gastado ese dinero. Aquí, con todo, hay mucha tela que cortar; porque no sólo fue el Ayuntamiento el que dijo sí al proyecto, sino que hubo otras administraciones implicadas en un proyecto que tiene ya 20 años; como el Ayuntamiento, la Junta dijo sí a este proyecto en su día, y si los recursos contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia no prosperan para que el proyecto pueda seguir adelante, habrá tela que cortar porque nosotros también podremos hacer reclamaciones patrimoniales a quienes iniciaron un camino con nosotros, y le hablo de la Junta, para después desdecirse de sus propios actos administrativos.
Respecto a la Casa Rúa. ¿Van ustedes a presionar algo más para que el proyecto tenga el menor impacto posible?
—En estos tres años me he reunido en múltiples ocasiones con la familia Sánchez Robles, tanto con su padre como con sus hijos, que llevaban más de 20 años esperando hasta que la Justicia les ha dado la razón. Sólo nos queda cumplir. Desde el minuto cero, siempre me han dicho que quieren desarrollar esos terrenos y, nos guste a nosotros más o menos el proyecto, debemos responder al derecho que tiene la familia.
¿Les gusta a ustedes ese proyecto?
—Ellos han sido muy respetuosos respecto al proyecto, pretendiendo siempre que el impacto visual sea el menor de los posibles, porque ellos son los primeros interesados en hacer algo que no sea demasiado horrible o grotesco. A nosotros lo que nos gusta es que se van a generar puestos de trabajo turísticos y de obra durante la construcción, que deberá siempre respetar los condicionantes medioambientales.
¿Qué opinión le merece la famosa segunda vía? ¿Podrían las administraciones comprar esos terrenos para evitar una construcción allí?
—Es que no sólo hablamos de comprar unos terrenos, sino de que esos terrenos tienen unos derechos de promoción para un proyecto muy costoso. Estamos hablando de muchísimo dinero; de cantidades a las que no podría llegar el Ayuntamiento. Nos hubiera gustado que aquella zona fuera propiedad de los rondeños, pero no lo es desde hace años, y ahora no podemos ya hacer nada en el tramo final de un largo camino como este.
¿Qué obras públicas vamos a ver en marcha antes de las elecciones?
—Vamos a terminar el tercer tramo de la Avenida de Málaga, desde el colegio Cervantes hasta la antigua piscina municipal, y reformar toda la zona de la antigua piscina. Empezaremos la obra de la pasarela del Tajo, probablemente en torno a abril, porque con las lluvias no podemos meternos en el fondo del Tajo; es una obra que financiará también la Diputación; serán 600.000 euros entre ambos proyectos. Y vamos a terminar la obra de la nueva biblioteca, que va a buen ritmo.
¿Qué sabe de los problemas de pago a los empleados de las contratas de esta obra en concreto?
—Yo les puedo decir que el dinero de la biblioteca lo tenemos desde hace meses, y que vamos pagando las distintas certificaciones. Y lo que esperamos es que la empresa que tiene adjudicado el proyecto y las distintas contratas paguen en tiempo y forma a sus empleados. Los arquitectos me dicen que todo marcha a muy buen ritmo y que para primavera estará acabada la obra.
Acaban de aprobar ustedes unos nuevos presupuestos. ¿Tanto ha cambiado todo desde 2012?
—Cuando llegamos en 2011 fue traumático saber que, nada más convertirme en alcaldesa, no tenía dinero para pagar las nóminas. No nos suministraban productos; nos cortaron la luz de algunas instalaciones deportivas, de colegios… Era un desastre generalizado. En 2012 hacer el presupuesto nos costó muchísimo, porque no había dinero para pagar al personal o mantener los servicios, y tuvimos que hacer un gran esfuerzo de intentar controlar el gasto en todas las áreas, y empezar a andar de cero; gestionando mejor los recursos y pidiendo ayuda por todas partes. Tuvimos que tomar medidas muy impopulares y difíciles para cualquier político, pero acabaron dando sus frutos, y hemos pasado de tener un ayuntamiento en la ruina a generar estabilidad, fiabilidad y confianza. Ahora hay quien me dice que se ve el impulso y muchos más proyectos; y se pueden ver más cosas porque estamos más desahogados. Y así este año hemos podido hacer un presupuesto sabiendo podemos aumentar determinadas partidas y determinados gastos y servicios porque las medidas tomadas han resultado ser buenas y positivas.
No hay electoralismo, entonces, tras tanta obra en estos meses antes de las elecciones…
—Es que todo ha coincidido en estos meses. Tenemos los pies en el suelo tras un gobierno de descontrol y despilfarro por parte del PSOE. Nosotros prometimos que no malgastaríamos y que seríamos responsables con el dinero de los contribuyentes, y nunca vamos a tirar la casa por la ventana. Lo que ocurre es que vivimos un momento de ebullición porque han coincidido determinadas obras que se han desatascado, y también distintos planes de empleo, así como esa mejoría económica municipal. Y hay que recordar, en todo caso, que nunca dejamos de invertir, y que lo gracias a la Diputación que, dadas las circunstancias, nos ha permitido mantener un buen nivel de inversiones.
¿Ha tenido trato de favor la Diputación con su gobierno? ¿Tiene que ver con que ambas instituciones estén gobernadas por el PP?
—El 90 por ciento de los municipios de Málaga están gobernados por el PP, así que no ha habido ningún trato de favor hacia Ronda. Diputación ha hecho un trabajo impoluto, y nunca antes se ha mirado tanto hacia el interior. Para una vez que la Diputación mira hacia el interior, que no sólo a Ronda, debíamos aprovecharlo. Mi labor como alcaldesa ha sido buscar las mayores inversiones para la ciudad, y la única puerta que he encontrado abierta ha sido la de Diputación, que se ha volcado con Ronda contra lo que ha hecho la Junta.
Ahora que habla de la Junta, le preguntaré, haciendo balance del año, por el Hospital y las rotondas. ¿Qué papel ha jugado en la reactivación de estas obras su presión mediática?
—Yo lo único que he hecho, y no ha sido beligerancia gratuita, ha sido exigir lo que correspondía a Ronda. A mi presión como alcaldesa, que no les valió en un principio cuando me volvieron la espalda una y otra vez y me hicieron oídos sordos, hubo que sumar la petición de ayuda que hice a los vecinos y a los colectivos, y fue sólo entonces cuando tuvimos respuesta de la Junta. Así que tengo claro que el logro del nuevo Hospital y de los accesos tienen un nombre: el de los rondeños que han firmado para presionar, aquellos que se han mojado. Es un logro exclusivamente ciudadano.
¿En qué punto están los suministros al nuevo Hospital?
—Hemos mantenido estos días una reunión con el gerente de SAS y el gerente del Área Sanitaria y el Hospital de Ronda y hemos cerrado temas en torno al suministro eléctrico, que es un asunto muy complejo, y también respecto al agua, los saneamientos y, algo también muy difícil, los accesos al centro. Creo que en prontas fechas vamos a poder firmar un convenio para ir solucionando, al menos de momento, el tema del suministro eléctrico.
¿Hay financiación para ello? ¿A quién compete?
—Debe haberla y debe ser la Junta quien asuma esos costes, y así lo trasladé en esa reunión que le comentaba. Nosotros no tenemos presupuesto para ello. Es algo evidente que quien va a hacer una obra prevea todos los gastos. Pero estamos en el buen camino y no generaré ninguna polémica sobre este asunto porque por ahora no hay ningún problema en este sentido.
¿Cómo vio el nuevo Hospital cuando pudo entrar en la obra?
—Son unas instalaciones magníficas, la noche y el día respecto al hospital actual. Creo que los pacientes van a tener mucha calidad y que los profesionales sanitarios podrán desarrollar su labor en condiciones óptimas y no como lo hacen ahora.
¿Qué ha sido lo mejor de 2014 y qué lo peor?
—Me ha hecho mucha ilusión poder tener en funcionamiento un nuevo transporte urbano que funciona porque cumple horarios y llega a todos los barrios;y entre los grandes proyectos, ha resultado muy positivo inaugurar el Centro del Vino. O t también ver cómo ha cambiado la Avenida de Málaga. También estoy muy satisfecha con la reciente aprobación de la Relación de Puestos de Trabajo del Ayuntamiento, que ha sido conseguir un objetivo personal que me había marcado respecto a los trabajadores municipales, porque consolida sus derechos. Y es ilusionante que la situación económica esté cambiando a mejor: se percibe cómo mejora la situación de las familias, y cómo gente que hace unos meses tenía problemas ahora salen adelante tras haber encontrado empleo. Entre los momentos muy malos, nada más empezar el año perdimos a nuestro amigo y compañero Manuel López, cuyo recuerdo está con nosotros siempre; no hay día que no nos acordemos de él.
¿Con qué sensaciones afronta estos meses hasta las elecciones?
—con ilusión, sabiendo que hemos hecho los deberes, que hemos trabajado y nos hemos esforzado. Nos presentamos ante los ciudadanos con los deberes hechos; tras haber trabajado con constancia y transparencia. Sabemos también que ha habido errores y equivocaciones; y pedimos perdón por ellas. Y si no hicimos más fue por las difíciles circunstancias que nos encontramos. Pero, analizando estos años, creo que hemos hecho muchas cosas por la ciudad, y que los rondeños ya conocen nuestra filosofía de trabajo.
¿Qué prometerá en su campaña?
—Ya hemos aprendido a no prometer macroproyectos irrealizables que no sirven para nada. Debemos apostar por la micropolítica: por mejorar nuestras calles y nuestros parques; por mejorar nuestras instalaciones deportivas; nuestros colegios… Debemos invertir en turismo y en el comercio para mejorar nuestra economía… Y creo además que podemos ofrecer a los ciudadanos lo que ya saben que somos: un equipo de trabajadores que pretendemos el bien para esta ciudad.
¿Ya tiene su lista? ¿Habrá algún cambio?
—Tengo un equipo magnífico a mi lado, de concejales y de algunas personas que, sin serlo, no podrían ser mejores. Tengo un equipo a mi lado de buenas personas, honradas, trabajadoras… No podría tener a mejores personas a mi lado, por lo que habrá continuidad; si quieren seguir, merecen estar, porque son capaces y lo han demostrado con su buen hacer y todo su trabajo.
¿Qué le pide a 2015?
—Salud para todos, que es fundamental, y trabajo, felicidad, amor y amistad. Mi debilidad es el servicio público, y me hace feliz que la gente viva bien, contenta y que cuando vaya por la calle me digan, como ya sí ocurre ahora, que todo va bien y que no hay problemas; eso me reconforta para seguir adelante.
Suerte...
—Muchas gracias.