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La falta de control en las viviendas sociales queda en evidencia

Lo ocurrido en la barriada del Titanic ha puesto de manifiesto la falta de control de las administraciones en las viviendas sociales, donde hay vecinos que realquilan las casas o las ceden a sus familiares

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  • Viviendas municipales

El episodio ocurrido esta última semana en las viviendas de la Plaza Luis Paradas, conocidas popularmente como El Titanic, en la zona sur, cuando antidisturbios tuvieron que escoltar a operarios de Endesa para desmantelar hasta 62 enganches ilegales a la red eléctrica, ha cuestionado una vez más la falta de control en las viviendas sociales tanto de titularidad municipal como de la Junta. La propiedad, por la que precisamente ambas administraciones siguen discutiendo sin aclararse, es lo de menos en un conflicto que se repite en edificaciones similares como las situadas en frente del Juzgado de la avenida Tomás García Figueras (titularidad municipal), La Serrana (titularidad autonómica) o frente a la Iglesia de San Benito, también del Ayuntamiento, en San Juan de Dios y otras viviendas similares de la zona sur. Vecinos de El Titanic, donde volvieron a ‘engancharse’ a la luz que en algunos casos no se paga desde hace una década apenas se calmaron las aguas, achacan a la presencia de ‘ocupas’ la situación que viven debido al abandono de la zona y aseguran que cuentan con el beneplácito del Ayuntamiento. ¿Por qué?Porque ni opta por desalojarlos pese a que muchas familias no paguen los alquileres sociales u otras las ocupen de manera ilegal, y además  corra con los gastos incluso de otros  servicios como el agua.
¿Excesiva permisividad o dejadez? El debate está servido, pero lo cierto es que la instalación en de este tipo de viviendas por libre y al margen del circuito legal establecido tanto por Junta como por el Ayuntamiento a partir de las intervenciones integrales por parte de los servicios sociales de ambas administraciones es un hecho que con la crisis se les ha ido de las manos.
Tal es el compadreo que denuncian vecinos de estos inmuebles que incluso en muchos casos entre ellos mismos alquilan las casas, las venden a otras personas, las ceden a un familiar que lo necesite o incluso las dejan vacías sin previo aviso cuando deciden marcharse fuera.
“No hay control de los servicios sociales pese a ser viviendas que se ceden a personas necesitadas a las que hay que hacer un seguimiento porque su situación puede empeorar pero también mejorar, y para ello hay que hacer programas integrales para que puedan recuperarse y alcanzar compromisos para llegar a actuar”, señala el candidato a la Alcaldía por el PSA, Santiago Casal, que sabe muy bien esta problemática y la ha vivido de cerca en su barriada de San Juan de Dios, donde le consta que hay casos muy similares.
Como lamenta, la falta de control y regularización contrasta con la “alta” la lista de espera que hay en el Ayuntamiento de familias que han sido desahuciadas y perdido su casa y, a su vez, allana el terreno para que estos inmuebles sean ocupados por personas desesperadas por tener un techo o incluso por bandas de extranjeros que acaban convirtiendo muchos de estos puntos en focos de delincuencia.
Al igual que en El Titanic, lo de engancharse a la red eléctrica es habitual también en las viviendas ocupadas, contribuyendo a una situación de fraude que también indigna a muchos vecinos que religiosamente intentan pagar justamente en el piso de al lado sus facturas y que tienen que ver como les cortan el suministro cuando no pueden hacer frente.

“es duro que se metan en tu casa”
Aunque es más acusada en las viviendas sociales, la problemática de la ocupación ilegal de inmuebles no es ajena a las viviendas particulares ni mucho menos y, de hecho en los últimos meses ha ido a más, pasando de ser una cuestión residual a darse con demasiada frecuencia.  Así lo alertan los agentes inmobiliarios, que aseguran que la amplia oferta de viviendas vacías que en su mayoría están en poder de banco con promociones nuevas a la espera de que el juzgado les dé los permisos para sacarlas al mercado son habitualmente ocupadas, siendo incluso los propios vecinos los que velan para que esta situación no se dé. Ellos mismos están en alerta, como así ha ocurrido en algunas urbanizaciones del centro, donde han llegado a extremar las precauciones y colocar alarmas.
En la calle Armas, donde también hay una promoción de viviendas a estrenar, se ha optado por contratar a un vigilante precisamente para controlar este asunto. “Se trata de un verdadero problema que se da en cualquier zona de Jerez, y me consta que hay gente que ha denunciado que su piso está ocupado de forma ilegal en la comisaría y todavía hoy después de seis meses está sin noticias.Es muy duro que se te metan en tu casa”. Ronda Muleros o Ermita de Guía,  son otros de los puntos afectados tras la irrupción de unas personas que llegan muy organizadas. “Vienen con su furgoneta, perfectamente preparados, cambian la cerradura enganchan la luz y el agua y a vivir”, señalan desde el sector, desde donde reclaman más mano dura y critican que plataformas y partidos políticos fomenten estas prácticas.

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