Un vigilante de seguridad de Prosegur que prestaba servicio en una mediana superficie del Parque Empresarial de Jerez sufrió el pasado viernes una agresión de un cliente. Según denuncia el Sindicato Profesional de Vigilantes, los hechos se produjeron por la mañana en el interior del establecimiento, cuando el vigilante en cuestión fue alertado por los trabajadores para que acudiera por recriminar su actitud a una persona. Una vez allí, tras llamarle la atención y recriminarle una acción que no debió hacer , el cliente optó por la vía de la violencia para responder al profesional.
Desde el sindicato denuncian que situaciones como las vividas por su compañero se vienen produciendo “muy a menudo” en este tipo de comercios de manos de clientes que “pierden el respeto a nuestros compañeros vigilantes de seguridad, sin que la empresa Prosegur para la cual trabajan, haga nada para evitarlo, demostrando así que los vigilantes les importamos un pimiento, siendo simples números los cuales obtienen beneficios”, se quejan.
Unos capítulos demasiado frecuentes
Pero además de la frecuencia con la que se da este tipo de incidentes que repercute aún más en el malestar que ya de por sí arrastra un colectivo que está siendo víctima de recortes y despidos continuos, desde la organización sindical critican que para el servicio que realizan se exijan intervenciones, pero a la hora de la verdad las medidas de seguridad para evitar los actos delictivos dejan mucho que desear o, sin más, no se dan porque no existen. Hace unos meses estos trabajadores ya protagonizaron varias jornadas de protestas por la reducción de la plantilla y la carga de trabajo de los compañeros que sí han conservado sus puestos.
