“Cuando el sector oía hablar de la llegada de una gran superficie de alimentación, se echaba a temblar”. Con estas palabras definía Mariano García, vicepresidente de la Federación Andaluza de Lonjas, la preocupación del sector pesquero hace unos años por la competencia que suponía la implantación de grandes distribuidoras. Una problemática que puso sobre la mesa en el IV Encuentro sobre la Cadena Agroalimentaria Sostenible, organizada por la Unión de Consumidores de Andalucía, con el Foro Interalimentario y Mercadona, celebrado el pasado martes en Sanlúcar de Barrameda, en las que se puso de manifiesto cómo un nuevo concepto de la cadena agroalimentaria, que piensa más en las necesidades que demanda el consumidor que en lo que interesa venderle a éste, está comenzando a implantarse beneficiando a los sectores primarios.
La celebración de las jornadas en el municipio no fue casual. La lonja de Sanlúcar de Barrameda mantiene desde el pasado año un acuerdo comercial con la empresa Mercadona que ha permitido aumentar hasta a 15 empleados el personal de la Cofradía de Pescadores, encargada de la gestión de la lonja de Bonanza y en la que se están notando los beneficios de este acuerdo comercial. “Se temía que pudiera tener consecuencias negativas y ha sido todo lo contrario”, expuso Germán Jerez, secretario de la Cofradía sanluqueña, apuntando al aumento de entre un 10 y un 15% de la rentabilidad de la actividad. El presupuesto de la Cofradía de Pescadores pasó de los 300.000 euros del año 2012 a los 3 millones de euros de 2013. Para este año esperan que el presupuesto se duplique, hasta los 6 millones de euros.
La mejora de los resultados de la cadena agroalimentaria, eliminando intermediarios y repercutiendo positivamente tanto en el productor, como en el consumidor, fue el motivo principal de unas jornadas que comenzaron con una visita a la lonja sanluqueña y, posteriormente, a uno de los supermercados que venden diariamente el pescado del puerto de Bonanza.
Rodolfo Hernández, director de Relaciones Externas de Mercadona en Cádiz se refirió a los avances que la gran superficie de alimentación ha experimentado desde la implantación del nuevomodelo de compra de pescado directamente a la lonja sanluqueña. El pescado llega del muelle al supermercado en una hora, lo que permite ofrecer a los clientes un producto fresco y a buen precio, ya que se eliminan los intermediarios al comprar directamente a la Cofradía. “Venimos de una gestión de productos frescos no adecuada”, reconoció Hernández, quien aboga por “tener en cuenta un sector al que antes no se le daba importancia. Llevamos poco tiempo pero lo que queremos es que ser pescador aquí sea un orgullo, que el pescador tenga seguridad en los precios de compra y garantizar la calidad de los productos que distribuímos”.
Adaptarse a las necesidades del cliente y ofrecer estabilidad al sector primario, en definitiva, es el objetivo de este nuevo concepto de la cadena agroalimentario. Para ello, los distintos eslabones comienzan a innovar, ofreciendo, por ejemplo, la cantidad justa al cliente para que pueda preparar una paella.
Desde la Unión de Consumidores de Andalucía (UCA), su presidente, Juan Moreno, señaló la imporrtancia de la comercialización de los productos frescos para ofrecérselos a los consumidores con garantía y seguridad. “Nos preocupa que la cadena funcione con el justo reconocimiento al papel que cada parte desempeñe y que no se produzcan situaciones que sean perjudiciales”, manifestó.
MEJORAS
En la mesa redonda también participó el alcalde de Sanlúcar, Víctor Mora, quien alabó la capacidad de la Cofradía de Pescadores para “innovar y transformarse”, implantando un nuevo sistema de comercialización que está redundando en el beneficio del sector pesquero. Mora recordó el apoyo al sector agrícola en la ciudad, con la modificación del PGOU que permitirá la ampliación de las instalaciones de las cooperativas de Monte Algaida, así como la inversión realizada en la lonja de Bonanza por parte de la Junta de Andalucía.
La Cofradía de Pescadores trabaja ahora en la consecución de la marca Langostino de Sanlúcar, un distintivo de calidad que pretende dar un valor añadido al producto. Los pescadores advierten: “no podemos ofrecer langostinos congelados y de otros sitios a 10 euros el kilo. Hay que controlar la procedencia del producto y poner en valor un producto que es único”.
