El pasado domingo recibíamos la tremenda noticia del fallecimiento de Diego Sánchez del Real, ateneista de pro, jiennense de pura cepa, poeta distinguido, defensor de Cádiz, abogado de causas mil, profesor singular, tertuliano y fumador empedernido, siendo por encima de todo un fiel amigo, y hombre que supo transmitir su vitalismo y su “dieguismo” hasta los últimos días de su ajetreada vida que la disfrutó con su particular carpe diem y esa elegancia espiritual que le distinguía por su experimentada sabiduría y rápida lucidez.
Se fue el esposo querido. Se fue el amigo. Se fue el mejor ateneísta. Se fue un espíritu siempre fresco de amistad y amplia sonrisa liberal.
Diego Sánchez del Real, magnifico poeta, fue ante todo amigo de sus amigos. Alguien a quien encontrarse, suponía un júbilo auténtico en el corazón, cercanos y apretados en entrañables abrazos llenos de alegría y sinceridad.
Diego era sobretodo una persona de carne y hueso, con olor siempre a su mejor tabaco, tabaco lleno de sincera relación enredada en sortilegios y bucles de paz.
Sánchez del Real fue articulista habitual del Cádiz Información durante muchos años. Compañero en las hojas de opinión de Ubaldro Cuadrado y Ángel Mozo. Éste último lo recuerda como una persona entusiasta, muy andaluz y gaditano, a pesar de que era jiennense de nacimiento. Un hombre muy ilustrado y uno de los firmes impulsores del Ateneo gaditano. Desde Publaciones del Sur lamentamos su fallecimiento y enviamos nuestro sentido pésame a la familia. Descanse en paz.
