La apertura del dispositivo de atención al inmigrante temporero en la capital el pasado viernes no ha evitado que aún haya personas durmiendo en la calle, en los cajeros automáticos, a la espera de encontrar trabajo en la campaña de la aceituna.
Según datos facilitados por la edil de Asuntos Sociales, Reyes Chamorro, el dispositivo ha admitido este primer fin de semana a un total de 206 personas (198 el viernes, 6 el sábado y 2 el domingo). En total ha ofrecido 578 alojamientos en las tres noches (196 el viernes, 196 el sábado y 186 el domingo). Su capacidad es para 200 personas.
Según denuncia el director de Cáritas Diocesana, Rafael López-Sidro, aún hay inmigrantes que duermen en la calle, en los cajeros de los bancos, donde se refugian del frío otoñal de la capital. Según las primeras estimaciones, de las más de cien personas que contabilizaron antes de la apertura del dispositivo de inmigrantes temporeros, aún duermen en la calle más de cuarenta personas.
Y es que aún no han abierto los principales albergues de la provincia, y Jaén es el primer destino donde llegan los inmigrantes en busca de trabajo en la aceituna.
Entre los recursos que atienden a las personas sin hogar, los inmigrantes y personas con dificultades económicas se encuentra el comedor de la Parroquia de San Roque. Desde el pasado mes de noviembre ha aumentado el número de personas que cada tarde-noche acude para tomar una cena caliente. De doscientas personas se ha pasado a más de 340, por lo que los voluntarios se han tenido que organizar en varios turnos para no verse saturados ante la creciente demanda.
El párroco y responsable del comedor, Juan Herrera, asegura que los voluntarios ahora comienzan a elaborar la comida a partir de las 9:30 horas. Preparan los platos para las 100 personas de Jaén, aproximadamente, que no pisan el comedor de San Roque pero que se llevan la cena a casa. Por la tarde, a las 16:30 horas, otros voluntarios continúan la elaboración del mismo menú para atender en el comedor al resto de personas, más de doscientas, que cada tarde hacen cola en la parroquia para llevarse algo caliente al estómago.
La entrega de alimentos es siempre bienvenida.