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Fiscal mantiene su petición de 25 años de cárcel para el acusado de asesinar a su novia en Otura

La Fiscalía de Granada ha mantenido este jueves su petición de 25 años de prisión para al joven acusado de asesinar de una paliza a la que era su novia, Mónica Carrión, en Otura el 19 de julio de 2011, cuando ella tenía 18 años, lo que ha calificado como un "crimen tan atroz y cruel"

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La Fiscalía de Granada ha mantenido este jueves su petición de 25 años de prisión para al joven acusado de asesinar de una paliza a la que era su novia, Mónica Carrión, en Otura el 19 de julio de 2011, cuando ella tenía 18 años, lo que ha calificado como un "crimen tan atroz y cruel" que es "imposible" permanecer impasible y no "conmoverse" ante lo que ocurrió.

   Básicamente, la fiscal ha explicado al jurado, que enjuicia el caso desde el pasado lunes en la Audiencia de Granada, que en este asunto hay "cuatro ideas" claras, que han quedado a su entender acreditadas durante la vista oral: Que el acusado, Javier B.R., mató a Mónica; que lo hizo "a base de golpes"; que su víctima "no pudo defenderse"; y que el presunto asesino no padece ninguna enfermedad mental ni estaba afectado aquel día de la ingesta de alcohol y drogas, en contra de lo que defiende su letrado.

   "Sabía lo que hacía y lo hizo porque quería hacerlo", ha sostenido la fiscal, quien ha recordado que Mónica ingresó ya muerta en el Hospital Clínico, adonde su novio la llevó, con un total de 200 lesiones. Según sostiene el Ministerio Público, el acusado "chantajeaba emocionalmente" a su novia, que estaba ya "harta" de sus "celos injustificados" y sus "promesas de cambio" y que decidió romper la relación. De hecho, el mismo día de su muerte escribió a las 14,06 un mensaje de texto a su móvil en el que le decía que quería "dejarlo" porque "ya no aguantaba más". "Vamos a acabar ya con esto", le escribió. Sin embargo, Javier "no lo acepta" y decidió "arreglárselas" para encontrarse e intentar reconciliarse con la joven, con quien pasó la tarde.

   Tras marcharse en el coche con él, Javier vio algo "que no le gustó", y que él asoció con un mordisco en el cuerpo de Mónica de otra persona y, "movido por sus celos", decidió llevarla al descampado al que en otras ocasiones ya la había trasladado para obligarla a pedirle perdón. Una vez allí, y dentro del coche comenzó una "discusión" con la joven y Javier "explotó" porque se estaba dando cuenta de que Mónica insistía en dejar la relación.

   Empezó a agredirla en el interior del vehículo, hasta que Mónica logró salir, "porque no tenía otra escapatoria". Sin embargo, Javier la siguió golpeando, hasta en 200 ocasiones, dos de las cuales fueron las que la dejaron sin posibilidad de defensa y provocaron su muerte, datada por los forenses entre las 21,30 y las 22,00 horas. A las 22,16, el acusado llamó a su madre, y media hora después a los padres de Mónica, cuando ya estaba en el Hospital, diciéndoles que habían sido víctimas de un asalto por parte de un grupo de personas, una "coartada" porque él "ya sabía que estaba muerta".

   La Fiscalía, la acusación particular, que representa a la familia de Mónica, y las acusaciones populares del Ayuntamiento de Otura, la Abogacía del Estado y la Junta de Andalucía se han puesto de acuerdo para pedir las mismas penas, que incluyen además de las de cárcel por un posible delito de asesinato con las agravantes de alevosía, ensañamiento, parentesco y aprovechamiento de las circunstancias del lugar, el pago indemnizaciones de 252.000 euros para sus familiares, a los que solicitan además que el acusado no se aproxime ni comunique por un periodo de 30 años.

   La defensa, por su parte, ha mantenido que el inculpado actuó bajo los efectos de las drogas y del alcohol, movido por el "arrebato y la obcecación", que le llevó a pensar que los dos habían sido víctimas de una banda armada, que intentó auxiliar a la joven llevándola al hospital cuando se percató de que estaba grave, por lo que solicita que se le imponga una condena de cinco años de prisión por un delito de homicidio con la concurrencia de esas tres circunstancias atenuantes.

   Según el fiscal, la tarde del martes día 19 de julio de 2011, pasadas las 16,00 horas, y después de que el inculpado terminara su jornada laboral como camarero en el bar 'Cubo', propiedad del padre de Mónica, se dirigió a bordo de un coche hacia la casa de su novia con la finalidad de trasladarla a la autoescuela, donde estaba recibiendo clases. Se la encontró a mitad de camino, y ella se subió al coche, con el que ambos se desplazaron hacia las inmediaciones un campo de golf donde permanecieron el resto de la tarde. Llegada la noche, siendo aproximadamente las 21,00 horas, decidieron retornar, y accedieron a una zona despoblada.

   Una vez allí y dentro del coche, el joven y su novia comenzaron una discusión, en el transcurso de la cual, el inculpado, "actuando guiado por un claro y manifiesto propósito de acabar con la vida de Mónica, y valiéndose de sus conocimientos derivados de la práctica de artes marciales, comenzó a golpearla en la cabeza y en la cara, arañándola por el cuerpo, para acto seguido, estando Mónica fuera del coche, "golpearla nuevamente" y darle aún más puñetazos.

   Provocó de esta forma que Mónica se desplomase en el suelo donde, pese a observar que le costaba mantener la respiración, el novio la dejó tumbada, y retornó al coche, desde donde escuchaba cómo la chica, "agonizante", le decía "te quiero, te quiero mucho". Transcurridos unos minutos, la subió en la parte trasera del mismo y la trasladó hacia el Hospital Clínico de la capital granadina, donde llegó a fallecer a los escasos minutos de ingresar.

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