Al menos 71 personas han muerto y 147 han resultado heridas en la cadena de atentados con bomba que ha azotado este jueves varias ciudades iraquíes, incluida Bagdad, en la peor ola de violencia desde que las tropas estadounidenses se retiraron del país, en diciembre de 2011.
El último ataque y el más letal se ha producido al filo de la medianoche del viernes, cuando una bomba ha explotado a la entrada de una cafetería del distrito de Zafraniya, en Bagdad, matando a 27 personas e hiriendo a 30.
"Estaba sentado en la cafetería cuando he sentido una enorme chispa, una enorme explosión. Después de eso me he levantado en el hospital con heridas en los brazos y metralla en la espalada", ha dicho Amjad Saad, un estudiante de 23 años de edad.
Minutos antes, otra bomba ha explotado a la entrada de una popular heladería del distrito de Ciudad Sadr, de mayoría chií, cuando los musulmanes se disponían a celebrar el fin del ayuno diario del Ramadán. En total, 16 personas han fallecido y 49 han resultado heridas, según el balance de víctimas de la agencia de noticias NINA.
Por la mañana, seis civiles han muerto y 28 han resultado heridos por la explosión de un coche bomba en el distrito de Husainiya, en Bagdad, también de mayoría chií, de acuerdo con fuentes policiales y hospitalarias.
En el norte de la capital iraquí, ocho personas han muerto y nueve han resultado heridas por la explosión de un coche bomba en Taji, mientras que seis miembros de las fuerzas de seguridad han fallecido en el ataque de un grupo de hombres armados a un puesto de control.
En la ciudad de Kirkuk, ubicada 250 kilómetros al norte de la capital iraquí, la explosión de cuatro coches bomba ha matado a dos personas y ha causado heridas a otras 18.
Kirkuk, que alberga importantes reservas petroleras, es el escenario del enfrentamiento político entre el Gobierno central y el de la región autónoma del Kurdistán, ya que ambos reclaman la pertenencia de la ciudad a su territorio.
Ya de madrugada, seis policías han muerto y 13 han resultado heridos en una serie de ataques a los puestos de control de las ciudades de Baquba y Faluya.
De momento, ningún grupo ha reivindicado la autoría de la cadena de atentados, pero los expertos temen que al término del Ramadán, la próxima semana, la organización terrorista Al Qaeda y otros grupos suníes lleven a cabo una serie de ataques.
La rama local de Al Qaeda, Estado Islámico de Irak, ha anunciado una nueva ofensiva contra objetivos chiíes, con la que pretende resucitar la ola de violencia sectaria que azotó al país entre 2006 y 2007, la peor desde la caída del régimen de Sadam Hussein, en 2003.