Estas fotografías no tendrían mayor valor informativo si no fuera por la anécdota que ayer hizo pública el actual delegado municipal de Juventud, Joaquín Muriano, y que le sirvió para denunciar “las prisas” con las que el Gobierno de Marín quiso inaugurar este centro juvenil.
“El día de la inauguración había ordenadores, pero cuando llegamos nosotros ya no estaban. Tras indagar hemos podido saber que los ordenadores se tomaron prestados de otras dependencias municipales sólo para el acto, ni siquiera se conectaron, porque a los días se devolverían a los sitios correspondientes. Todo fue un montaje”, contó Joaquín Muriano.
Lo que en principio podría resultar sólo una simple anécdota, ha traído consigo consecuencias, ya que la falta de ordenadores ha obligado a la organización a suspender un curso que tenía programado de CorelDraw. “Obviamente no se puede dar sin ordenadores, un curso de ordenadores”, explicó el delegado de Juventud.
Pero los equipos informáticos no es la única carencia que tiene este centro. Según Muriano, también faltan las mesas mezcladoras de la sala de grabación y otros equipamientos que evitan que pueda funcionar a pleno rendimiento.
Mala imagen
Lo que más preocupa al edil de Juventud es la imagen que se han llevado los jóvenes que han acudido al centro en estos dos últimos meses. “Hay jóvenes que han venido porque han oído que aquí hay unas tecnologías fantásticas y luego se han encontrado que no hay ni ordenadores. Este centro se debió abrir a pleno rendimiento porque la primera imagen es muy importante”, apunta el edil.
El actual equipo de Gobierno está trabajando ya en poner a punto este centro que, según se prevé, podría estar funcionando al cien por cien el próximo mes de abril. Hasta entonces, seguirá abierto, “porque cerrarlo para acondicionarlo, supondría una dificultad administrativa”, una vez que ya está incluso la empresa contratada. Aunque aún no hay en marcha un programa definitivo, sí se llevan a cabo algunos cursos y está en servicio la asesoría jurídica.