Benedicto XVI ha afirmado que México, "además de todas sus grandes bellezas tiene el grave problema del narcotráfico y de la violencia". "Ciertamente es una gran responsabilidad de la Iglesia Católica, en un país con el 80 por ciento de católicos. Tenemos que hacer lo posible contra este mal destructivo para la humanidad y para nuestra juventud", ha remarcado.
En este sentido, ha apuntado que la forma de luchar contra este mal deberá ser, sobre todo, a través del anuncio de Dios que "llama al bien y a la verdad contra el mal", por lo que ha enfatizado "la gran responsabilidad de la Iglesia para educar las conciencias y de educar en la responsabilidad moral y desenmascarar el mal".
El Papa ha afirmado que realiza este viaje apostólico a México y Cuba para continuar el que hizo su predecesor Juan Pablo II y ha recordado ese primer viaje a México como "verdaderamente histórico en una situación política confusa".
Citando la Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, ha remarcado que comparte "las alegrías y esperanzas de ese gran país, también ante las dificultades que vive". "Voy para alentar y para aprender, para confirmar en la fe, en la esperanza y en la caridad y para confortar en el compromiso en favor del bien y de la lucha contra el mal", ha subrayado.
Además, ha asegurado que tiene "óptimos recuerdos de los mexicanos" y ha apuntado que, cada miércoles, ve su "alegría y su cariño" al escuchar sus aplausos. "Y para mi es una gran alegría realizar este viaje que deseaba desde hace tanto tiempo", ha concluido.