La fiscalía de Czestochowa tomó declaración hoy sólo a uno de los dos controladores que estaba de guardia en la noche del siniestro, el pasado sábado, ya que el segundo, sobre el que precisamente recae ahora la acusación de imprudencia, se encuentra en estado de 'shock' y los médicos desaconsejan su comparecencia.
De acuerdo con la investigación, el acusado podría haber cometido un error en el control de los dispositivos, lo que habría provocado que el tren Intercity que unía Cracovia con Varsovia entrase en la vía equivocada y colisionase violentamente con el otro convoy.
La cadena de televisión TVN24 aseguró hoy que este controlador habría también intentado falsificar el parte de guardia para encubrir su fallo.
Por otra parte, todavía debe analizarse el contenido de las cajas negras, para aclarar las causas del siniestro, y recoger los testimonios de los supervivientes, aunque los principales indicios respaldan la hipótesis del error humano.
Los forenses ya han identificado a 15 de los 16 fallecidos y sospechan que el que queda pendiente de examinar es el de uno de los maquinistas del Intercity, ya que se le da por desaparecido desde el siniestro y se descarta que haya más cuerpos entre los restos de los trenes.
El accidente se produjo alrededor de las 21.00 hora local del sábado (20.00 GMT) cerca de la ciudad de Zawiercie (sur), en la línea entre Varsovia y Cracovia, una de las principales del país ya que une las dos ciudades polacas más importantes.
En los convoys siniestrados viajaban alrededor de 370 personas repartidas en once vagones, entre ellos un grupo de 16 estudiantes Erasmus españoles que no sufrieron ningún percance ya que viajaban en uno de los últimos vagones, según explicó a Efe uno de estos jóvenes.
Mientras 49 pasajeros todavía siguen hospitalizadas, tres de ellos en estado muy grave, y el Gobierno polaco ha decretado tres días de luto oficial.