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Cristina Fallarás publica testimonios de mujeres presuntamente abusadas en Jerez y Málaga

La periodista y escritora ha publicado en las últimas horas tres historias en Instagram de abusos sexuales ocurridas en Jerez y Málaga

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La periodista y escritora Cristina Fallarás ha vuelto a hacer uso de su influencia en redes sociales para amplificar las voces de mujeres que denuncian haber sufrido abusos y violencia machista en distintas partes de España. A través de su cuenta de Instagram, Fallarás ha compartido en las últimas horas varios testimonios anónimos de mujeres que relatan experiencias traumáticas vividas en Jerez de la Frontera y Málaga.

Uno de los relatos que ha compartido Fallarás es el de una mujer que vivió un episodio de abuso múltiple en Jerez de la Frontera, ciudad en la que pasó gran parte de su adolescencia y juventud. La víctima describe un ambiente hostil en el que su libertad sexual era constantemente juzgada y criticada: "Siempre he sido la 'puta y la guarra' por disfrutar de mi sexualidad," señala. La situación llegó a un punto crítico durante una celebración en una casa rural, a la que asistieron muchos chicos y chicas de su entorno. Según su relato, tras beber una cerveza, perdió el conocimiento y despertó al día siguiente sin recordar lo sucedido. Sin embargo, poco a poco fue descubriendo detalles desgarradores sobre lo que ocurrió esa noche: "Sé que me drogaron, abusaron de mí en el baño entre varios," relata, añadiendo que varias personas fueron testigos del abuso a través de una ventana y en lugar de ayudarla, se rieron de ella, acusándola de "guarra".

Lo que ocurrió después fue igualmente doloroso. La víctima cuenta que fue llevada a una cama, donde siguieron abusando de ella varios de los presentes. La revelación de estos hechos le causó una profunda vergüenza y repulsión hacia sí misma, que la llevó a aislarse en su casa durante semanas, evitando cualquier contacto social. Finalmente, decidió "asumir que había sido consentido" en lugar de enfrentarse a la dura realidad de haber sido abusada por personas de su entorno cercano. "Pensé en denunciar, pero tenía miedo y vergüenza. Siento rabia e impotencia, mucha," añade, transmitiendo el dolor acumulado y la impotencia de no haber podido hacer justicia en su momento.

Pero el calvario de esta mujer no terminó ahí. Según continúa su testimonio, se enteró más adelante de que uno de los chicos con los que había estado en encuentros consentidos en el pasado aprovechó un momento en el que ella dormía para tomarle fotos desnuda sin su conocimiento. Estas imágenes fueron compartidas en un grupo de amigos, haciendo que su intimidad fuera expuesta sin su consentimiento: "Todos me habían visto desnuda y yo no tenía ni la menor idea." La mujer expresa el dolor y la humillación de descubrir que su privacidad fue vulnerada de una forma tan cruel, y cómo este abuso de confianza le dejó una profunda sensación de culpa. "Me siento muy culpable y pienso que podría haber evitado esas situaciones no saliendo o no bebiendo, pero la culpa no es mía," reflexiona, en un intento de recordarse que no fue responsable de los actos de los demás.

Una presunta violación en grupo y el silencio de la comunidad

Otro de los relatos publicados por Fallarás data de hace aproximadamente 20 años, cuando, también en Jerez, un grupo de hombres presuntamente violó a una joven italiana en estado de embriaguez. La víctima de esta historia era una extranjera que se encontraba en la ciudad, y los agresores, todos hombres conocidos en la comunidad, según afirma la denuncia pública, se aprovecharon de su estado de vulnerabilidad.

A pesar de la gravedad de los hechos, el caso fue silenciado, y muchos de los involucrados, que hoy en día son padres, continúan con sus vidas como si nada hubiera sucedido. La denunciante expresa la frustración de escuchar cómo, incluso hoy, se culpa a la víctima: "La culpa es de ella porque 'era una zorra'." Además, se rumorea que existe un video de los hechos.

Málaga: denuncia de abuso policial en un centro de internamiento

La tercera historia publicada por Fallarás nos traslada a Málaga en el año 2004. En este caso, la víctima relata una serie de presuntos abusos y humillaciones por parte de la Policía Nacional, tras la detención de su pareja, un hombre de origen rumano, quien fue recluido en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE). La mujer cuenta que, al intentar visitarlo, fue sometida a cacheos degradantes y vejaciones por parte de los agentes: "El primer día que me permitieron verlo, el policía nacional que me cacheaba no dejaba un hueco de mi cuerpo sin palpar a la par que decía 'no entiendo qué hace una española con un mierda de rumano'."

La mujer asegura que durante los 28 días que su pareja permaneció detenido, sufrió una serie de abusos psicológicos y físicos a manos de los policías. "Sufrí 28 días de abusos a manos de aquellos policías de Málaga, ojalá estén muertos," concluye su testimonio, dejando entrever el profundo rencor y el daño irreparable que le causaron estos episodios de racismo y abuso de poder.

Cristina Fallarás ha convertido su cuenta de Instagram en un espacio para denunciar y visibilizar estos y otros casos de violencia machista, una labor que no ha estado exenta de obstáculos y polémicas. Hace unos días, la plataforma suspendió temporalmente su cuenta debido a un "aluvión de denuncias" por parte de usuarios que, al parecer, no estaban de acuerdo con el contenido que Fallarás compartía. La periodista denunció esta medida como un acto de censura, argumentando que miles de mujeres han encontrado en su perfil un lugar seguro para contar sus historias de abuso y agresión. Instagram restauró la cuenta poco después, pidiendo disculpas por el incidente y afirmando que fue un error motivado por la cantidad de denuncias recibidas.

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