La Junta de Gobierno local del Ayuntamiento de Jerez ha otorgado licencia a FCC Medio Ambiente para que acometa el grueso de las obras de modernización de la planta de reciclaje de Las Calandrias contempladas en el pliego de condiciones que rige su concesión.
Según ha explicado el primer teniente de alcaldesa y portavoz del Gobierno, Agustín Muñoz, las actuaciones tienen un presupuesto de 33 millones de euros y un plazo de ejecución de 24 meses. El objetivo no es otro que el de dotar a estas instalaciones de las tecnologías más avanzadas.
Ya en el mes de julio se otorgaron licencias para acometer una serie de actuaciones previas para la demolición completa de un edificio de una planta de altura y la construcción de edificios de usos administrativos, de vestuarios y comedor.
Ahora se contemplan obras que permitirán ampliar la zona de recepción de los residuos, implantar tecnología de última generación en las distintas naves de la planta e incorporar sistemas de eficiencia energética.
También se van a mejorar las redes de saneamiento y drenaje, contemplándose igualmente la automatización del sistema de acceso a las instalaciones y la ampliación de la zona de aparcamiento de vehículos y camiones, entre otras cosas.
El desarrollo de este proyecto permitirá dotar a estas instalaciones de las tecnologías más avanzadas, teniendo a partir de entonces capacidad para reciclar “cerca de 260.000 toneladas de residuos al año”. En concreto, la planta podrá reciclar 195.000 toneladas anuales de fracción resto, 60.090 de fracción orgánica de recogida selectiva (FORS) y 5.500 de envases ligeros.
Las nuevas instalaciones contarán con placas fotovoltaicas, se incrementará la valorización de materiales reciclables contenidos en las diferentes fracciones y se reducirá la generación de rechazos con destino a vertedero.
El contrato que se firmó el año pasado apuesta por la automatización de nuevas líneas compartidas de selección y clasificación de las fracciones resto y de envases ligeros.
Así, se incrementará significativamente el número de separadores y se realizará una recirculación de todos los materiales. También se automatizarán las instalaciones de pesaje y de control de accesos y se mejorarán las áreas de recepción de residuos para aumentar la capacidad.
Además, el contrato contempla un sistema de tratamiento para minimizar los olores del procesamiento de la materia orgánica, una nave de almacén de compost y bioestabilizado y una instalación de tratamiento de lixiviados y la nueva sala de control, desde la que se realizará la supervisión centralizada de todos los procesos.