Los trabajos se han realizado durante tres semanas por parte de carpinteros de la brigada municipal que han tenido que desmontarla íntegramente para trasladarla a los talleres, secarla, reemplazar las piezas de madera que estaban podridas, rectificar el eje, reparar el motor que la hace girar, sustituir las vasijas que se habían roto, y cubrir todo el conjunto con un barniz especial que lo proteja de la intemperie. El martes terminó de montarse, y el miércoles se puso en funcionamiento.
Gabriel Orihuela resalto el mal estado en que se encontraba la noria por estar a la intemperie y en medio de humedad por el agua que la rodea, y subrayó que se han puesto todos los medios posibles para que “un elemento tan tradicional y pedagógico siga a la vista de los ciudadanos a los que interese y, fundamentalmente, de los niños a los que tanto llama la atención” .