Bollullos se prepara para revivir una tradición ancestral que ha perdurado por más de 160 años: la quema de las 'gabonitas' en la mágica noche de las vísperas de la Inmaculada, que se celebra este 7 de diciembre. Ese color rojizo, especial al oscurecer, cumplirá así con el rito de espantar los espíritus de la enfermedad que asoló al Condado allá por los años 30 del siglo XIX.
La ciudad arderá por cada rincón con cientos de hogueras que purificarán el aire, como hace más de siglo y medio cuando se quemaron enseres, ropas o muebles, que estaban en contacto con los infectados, junto a plantas aromáticas: tomillo, romero, eucalipto, etc., para acabar con la epidemia de cólera morbo que azotaba las tierras del Condado de Niebla, que, según creían los médicos de la época, se transmitían por el aire.
Cuenta la tradición que los bollulleros sacaron por entonces en procesión a su Patrona, la Virgen de las Mercedes, para que no se extendiera la epidemia. Así, como consecuencia de la procesión, se paraliza la enfermedad en este pueblo a pesar de la tremenda expansión por los pueblos vecinos.
Hoy en día no se queman plantas aromáticas, sino las 'gabonitas', planta denominada Gamón Común (Asphodelus ramosus), siendo estas las 'antorchas' o manojos que se hacen con las ramas de estas plantas.
La víspera del día de la Pureza, día grande de la Patrona, la Virgen de las Mercedes, calles y plazuelas "arden literalmente" llegándose a contar por cientos las fogatas o candelas de gabonitas que los bollulleros encienden en la actualidad como tradición y en honor de su Patrona. Las calles son puras hogueras y desde los balcones y azoteas se puede contemplar un paisaje curioso, al mostrarse desde cualquier atalaya bollullera, una enorme e iluminada humareda por el reflejo de las luces de la ciudad, y candelas por todas las calles y rincones.
Bollullos hace de esta noche mágica, una tradición, un rito que merece ser visitado y disfrutar de las voces de la chiquillería con el crepitar de las candelas, nuestros magníficos vinos y las viejas tonadas de los campanilleros Bollulleros que tienen una tradición de casi cuatro siglos.