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Urresola lanza con su película un mensaje lleno de luz y esperanza sobre la infancia trans

Ha maravillado este jueves en la sección oficial del Festival de Málaga con su primera película, '20.000 especies de abejas'

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  • El equipo de la película. -

 Estibaliz Urresola ha maravillado este jueves en la sección oficial del Festival de Málaga con su primera película, "20.000 especies de abejas", con la que quiere lanzar un mensaje de luz y esperanza acerca de la infancia trans y mover a la reflexión.

Esta historia, con la que ya compitió en la última Berlinale, nació en su cabeza en 2018, cuando un niño transexual de 14 años se suicidó en el País Vasco, hecho que supuso "un pequeño despertar" para la sociedad vasca.

"Hasta ese momento, las infancias trans no formaban parte del imaginario del cuerpo social. Él tuvo que tomar esa decisión y dejó una carta escrita que estaba llena de luz y de esperanza. Tomaba esa decisión para visibilizar su realidad y la de otros niños, y esperaba que quienes vinieran detrás tuvieran más facilidad para habitar el mundo libremente", explica la directora.

Empezó entonces a entrevistarse con familias que estaban "transitando esos procesos" y que le abrieron "las puertas de sus vidas y de su intimidad" para acercarse a esta realidad "de un modo más profundo": "Me llamó la atención el hecho de que los familiares decían que quienes habían hecho el tránsito no eran tanto sus hijos como ellos".

Asegura que fue "un deleite" trabajar con la niña Sofía Otero, ganadora del Oso de Plata a la mejor interpretación en Berlín por su papel de Cocó, de 8 años, a quien todos insisten en llamar Aitor aunque prefiere el nombre de Lucía.

"Cuando hice la prueba vi un canal de comunicación con ella limpio y directo, y que ella era capaz de entender los matices y las modulaciones que le proponía para orientar la escena", explica Urresola.

Tuvo claro desde el principio que para ese papel solo quería hacer pruebas de reparto a niñas y en ningún momento pensó en probar a niños, porque le parecía "una forma orgánica y sensata" de hacerles "entender qué pasa si el mundo entero te ve como un niño".

"Es mucho más difícil de asimilar para la mirada adulta, pero los niños de la película han tratado esto con mucha naturalidad. Eso nos da cuenta de la generación que viene. En las aulas hay cada vez más compañeros que han hecho la transición, y tenemos mucho que aprender en ese sentido", ha remarcado.

La madre de Cocó es interpretada por Patricia López Arnaiz, que ha calificado como "un placer enorme" un personaje así a partir de "un guion plástico, bello y hermoso, y además con esa parte naturalista que tiene que ver con una gran inteligencia emocional".

Por su parte, Ane Gabarain encarna a quien define como "el personaje más libre y menos convencional dentro de esta colmena familiar" y resalta "la sensibilidad y el respeto" del guion.

"Mi personaje se siente diferente y se reconoce mucho con Lucía. Los dos personajes se encuentran y hacen su transformación juntas", apunta Gabarain, que agrega que su papel es "poético, porque ha encontrado su lugar en el mundo de la naturaleza, en la apicultura y la apiterapia, y tiene algo ancestral, espiritual y de redención". 

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