Un jurado popular enjuicia desde este lunes en la Audiencia de Granada a la mujer que confesó haber matado de varias puñaladas en abril de 2021 a su pareja sentimental, de 18 años, en la vivienda que compartían en Motril (Granada) a raíz de una discusión, hechos por los que se enfrenta a una petición fiscal de 17 años y medio de prisión por un delito de asesinato con la agravante de parentesco.
La familia de la víctima, que ejerce la acusación particular, mantiene que el crimen se produjo a raíz de que la joven transmitiera a la acusada, de unos 36 años, su deseo de poner fin a la relación y hacen hincapié en la especial vulnerabilidad de la víctima, pidiendo que su asesina confesa sea condenada a prisión permanente revisable.
Junto a ella se sentará en el banquillo de los acusados la persona que supuestamente le ayudó a encubrir el crimen, el cual se enfrenta a una petición fiscal de 15 meses de prisión. El fiscal aboga por que se le aplique la eximente incompleta de alteración psíquica dado que padece un retraso mental con un grado de discapacidad del 54 por ciento que afectó a sus facultades respecto a los hechos, según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press.
La acusada, de 36 años, y la víctima, de 18, eran pareja y residían juntas en una vivienda de alquiler en Motril cuando se produjeron los hechos, alrededor del mediodía del 13 de abril de 2021, cuando ambas estaban en el comedor y comenzaron a discutir. La presunta asesina cogió un cuchillo y comenzó a asestarle "multitud de puñaladas" en diferentes partes del cuerpo. El fiscal sostiene que durante la agresión aumentó "inhumanamente y de forma deliberada" el sufrimiento de la joven, "causándole padecimientos innecesarios para el fin que se había propuesto".
La víctima intentó protegerse de la agresión y llegó a pedir auxiliando a su casero, que vivía en la vivienda contigua. En ese instante, la acusada le "dio una patada en la cara, la arrojó al suelo y, mientras con una mano le tapaba la boca para evitar que pidiera ayuda, le continuó dando numerosas puñaladas por diversas partes del cuerpo" hasta provocarle la muerte.
Posteriormente, tras tapar el cuerpo de la víctima, la acusada se duchó, se cambió de ropa y comenzó a limpiar de sangre el lugar del crimen con agua y lejía para a continuación meter en bolsas de plástico tanto su ropa como las que había empapado en sangre durante la limpieza. Ya sobre las cinco de la tarde, se desplazó al puerto de Motril en busca de un amigo al que le contó lo sucedido y al que luego mostraría en la vivienda el cuerpo sin vida de su pareja.
Le explicó que su intención era enterrarla y le pidió ayuda. Tiraron en contenedores las bolsas con las ropas de la víctima, entre otros enseres vinculados al crimen, y trataron luego de localizar sin éxito un lugar donde ocultar el cuerpo. En ese intervalo de tiempo la acusada se hizo pasar por la víctima y usando su móvil contactó con un compañero de trabajo y su jefe para tratar de excusar su ausencia a su puesto.
Finalmente, tras no lograr ocultar el cadáver, la mujer decidió entregarse a la Policía y reconocer los hechos al día siguiente. La Fiscalía solicita que se le aplique la atenuante de confesión y que, además de la pena de prisión, sea condenada a diez años de libertad vigilada en los que no podrá residir en el lugar donde los hagan los familiares de la víctima ni comunicarse ni acercarse a ellos a menos de 500 metros.
La familia de la joven incide por su parte en la especial vulnerabilidad de la víctima, dado que la acusada "casi le doblaba la edad" y durante el tiempo que duró la relación presuntamente le dispensó "un trato vejatorio y violento". El juicio está fijado del 13 al 15 de febrero en la Sección Primera de la Audiencia y arrancará con la declaración de los acusados una vez se constituya el jurado.