No solo los seres humanos sufren en una guerra. Un conflicto armado tiene muchas aristas y una de ellas es el sufrimiento causado a los animales que viven en los zoológicos. Ucrania está sufriendo los estragos de la invasión a que Rusia la ha sometido desde hace ya cerca de un año y los tres grandes zoológicos del país –los de Kiev, Nikolaev y Kharkiv– se están viendo afectados por esta tragedia. En este contexto tiene lugar la increíble historia de Victoria y Vadmin, dos jóvenes ucranianos que han recorrido más de 4.000 kilómetros en coche atravesando Europa para traer dos tortugas desde el Parque Zoológico de Kiev hasta el Centro de Rescate de Anfibios y Reptiles de Alcalá la Real.
Pero para entender esta increíble aventura hay que retrotraerse hasta el pasado mes de noviembre. El responsable de la empresa Gefasa, Francisco Nieto, que en la actualidad gestiona el centro de rescate alcalaíno, nos narra cómo surgió todo. “Contactaron con nosotros y en un principio no entendíamos bien cuál era la situación, ya que no hablan español. Más tarde, a través de correos electrónicos y con la inestimable ayuda de dos magníficos intérpretes, como han sido Noelia Zuheros y Enrique Contreras, pudimos saber que se encontraban refugiados en Chequia, y que se habían puesto en contacto con numerosos centros, principalmente de Alemania y Polonia. Les explicamos que, precisamente, una de las funciones de nuestro Centro de Rescate de Anfibios y Reptiles, es el de acoger a este tipo de animales. Fue así como se decidieron a emprender este increíble viaje”.
Tras realizar las oportunas gestiones en Polonia, donde los dos animales, dos hembras, fueron dotadas de sus correspondientes microchips y registradas con su documentación reglamentaria, comenzaba el largo periplo de varios días en coche que les ha llevado al sur de España. En el día de hoy tenía lugar la entrega de los dos ejemplares, en un encuentro en el que ambos jóvenes incluso se mostraron emocionados. “Nos transmitieron que ellos, que son autónomos, y trabajan en el sector del márketing, son privilegiados, ya que han podido mantener su vida y sus trabajados, pero incluso así viven una tragedia, en un país desgarrado, en el que hay pueblos arrasados, familias enteras asesinadas, un horror del que el país tardará mucho tiempo en recuperarse”.
En un contexto tan dramático, su conciencia animalista es ejemplarizante e mueve conciencias. “Incluso nos preguntaron, antes de marcharse, si, una vez terminada la guerra, podrían venir para recuperar los ejemplares y volver a trasladarlos a Kiev, que ellos mismos correrían con los gastos. Por supuesto les dijimos que sí”.
