Un ciudadano norteamericano de 50 años de edad reclama la paternidad a un empresario jerezano de avanzada edad, habiéndose solicitado ya al juzgado que cite al presunto padre para la realización de las pertinentes pruebas de ADN.
El nacimiento de este hijo no reconocido es fruto de las relaciones extramatrimoniales que presuntamente mantuvieron la madre del demandante –que está siendo defendido por el abogado Fernando Osuna- y el empresario desde los años 60 del siglo pasado, cuando ambos residían en Jerez.
Esa relación se interrumpió cuando la mujer quedó embarazada, marchando poco después del nacimiento de su hijo a Estados Unidos, donde contrajo matrimonio con un norteamericano.
El hecho de que el presunto padre haya negado siempre la paternidad que se le atribuye ha obligado al demandante a acudir a la vía judicial e incluso a practicar una serie de investigaciones.
De hecho, hace unos meses, el demandante contrató los servicios profesionales de detectives con el objetivo de conseguir ADN de familiares cercanos a su presunto padre biológico.
Una vez logrado este objetivo, la comparación de los perfiles obtenidos dio como resultado que tanto el demandante como el demandado están emparentados por vía paterna.
Además, existen otras pruebas que respaldarían la tesis de este ciudadano norteamericano, como el parecido físico con su presunto padre y los testimonios de diversos testigos.
Desde el bufete de Fernando Osuna se advierte además de que “la futura herencia” que correspondería al demandante podría ser “de una gran cuantía”.