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Paterna de Rivera inaugura la ruta cultural ‘Julio Mariscal’

El poeta arcense estuvo profundamente ligado a la localidad por su condición de maestro, pero también a través del flamenco

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Incondicionales de Julio Mariscal, reunidos en Paterna.

Incondicionales de Julio Mariscal, reunidos en Paterna.

Todos loa asistentes a la ruta.

Azulejo que recuerda a Julio Mariscal.

POR JUAN FRANCISCO SÁNCHEZ

Tras participar en varios homenajes celebrados en torno a la figura del poeta y maestro Julio Mariscal Montes, en Arcos, en Puerto Real y en otros puntos de la geografía gaditana, el pasado 27 de noviembre se llevó a cabo en Paterna de Rivera el particular homenaje al vate arcense.

Ya lucen en las paredes de Paterna los textos. Fragmentos de una vida pasada que Mariscal experimentó en el pueblo de 1957 a 1967, años en que “don Julio”, como todavía le llaman quienes le conocieron, se entremezcló con las gentes oriundas de Paterna, siendo partícipe del flamenco,  Semana Santa y de las tradiciones locales, dando a luz libros fundamentales como ‘Tierra de Secanos’ (1962) y ‘Tierra’ (1965), y educando a un abundante grupo de alumnos, los cuales bajo su tutela llegaron a cursar estudios universitarios, en la remota población rural de Paterna y en los remotos años 60.

Julio Mariscal dio mucho a Paterna, y, paralelamente, Paterna le correspondió, pues en el pueblo encontró un flamenco en estado autóctono, principalmente en las voces de unos cantaores que entonces florecían con ímpetu: entre ellos, el Perro de Paterna, Rufino de Paterna y el Niño de la Cava. Y cuánto aprendieron ellos de Julio Mariscal, que propiciaría junto a los poetas también arcenses Carlos y Antonio Murciano la grabación de sus primeros discos. El broche final fue el nacimiento del Concurso Nacional de Cante por Peteneras, creado por unos jóvenes en los que el maestro, durante su estancia en Paterna, había plantado una semilla de veneno flamenco que continúa hasta hoy.

Y cien años después de su nacimiento, Paterna le sigue correspondiendo. Desde la asociación ‘Impresiones’, propusieron la creación de una ruta literaria donde se reproduciese una serie de textos que Julio Mariscal escribió a la localidad, fragmentos que tan amablemente su sobrino Aurelio Sánchez Mariscal  ha permitido rescatar de su obra no publicada, entendiendo que de alguna manera Paterna merecía ser conocedora del amor que su tío profesó a la localidad. La propuesta fue recogida por el Ayuntamiento de Paterna, que se puso manos a la obra.

Una suave brisa dominical acompañó en la jornada emocionante a celebrar, donde se hacía realidad el sueño de ver las palabras de don Julio plantadas en diferentes rincones de su otro pueblo, porque como dice Pedro Sevilla (y comparto), los pueblos de Julio Mariscal eran Arcos y Paterna. Y Paterna, orgullosa, acepta el título de buen grado.

A las doce de la mañana se acercó hasta la puerta del Museo Etnográfico de Paterna, sede de la Asociación Cultural ‘Impresiones’ (que fue la casa y la escuela del poeta arcense en el pueblo) un nutrido grupo de personas dispuestas a recorrer por primera vez el paseo literario que se estrenaba el pasado domingo. Junto a los representantes de la Corporación municipal, acompañaron el acto otros paterneros y paterneras que no se quisieron perder la cita, así como algunos amigos provenientes de diferentes  puntos de la provincia como Arcos, Jerez, San Fernando o Cádiz, entre otros lugares. También fue un día en que se sintió cerca a otros que no pudieron venir: Aurelio Sánchez Mariscal, Blanca Flores, Pepa Caro, José Mateos, Serafín Galán o Paco Caravaca, entre otros y otras, que estuvieron de espíritu con nosotros.

La jornada comenzó con la interpretación de varios poemas del autor de ‘Corral de Muertos’ o ‘Tierra de Secanos’, por parte de la compañía ‘Verso Transverso’, integrada por nuestros amigos Salvador Valle y Juan Bautista Pino, que tan gentilmente se ofrecieron a colaborar de forma altruista. Ellos dieron el pistoletazo de salida a un acto que abrió servidor como presidente de la Asociación Cultural ‘Impresiones’ y cuyo primer texto fue leído por el poeta de Arcos Pedro Sevilla, discípulo de Julio Mariscal y persona que lleva toda su vida consagrada a preservar y difundir la obra del poeta homenajeado. Previamente, Rufino de Paterna (amigo personal de don Julio durante su estancia en Paterna) y Aurelio Mariscal Guerrero, sobrino de Mariscal, destaparon este primer azulejo, con un texto en prosa poética donde narra con dureza el regreso de las labores agrícolas de esos “hombres y mujeres derrengados por las doce horas de faena”. Desde allí, a la avenida Blas Infante, en la antigua biblioteca, hoy sede de la Asociación de mujeres ‘Athenea’, donde José Cabrales, uno de los integrantes de ‘Impresiones’ leyó el texto de Mariscal grabado sobre el azulejo, publicado en un folleto de la Feria de Paterna del año 1977 (casualmente, el año de la muerte del poeta). El hallazgo de este folleto se lo debemos al investigador paternero Juan F. Moreno Castro, quien tuvo la amabilidad de hacernos llegar dicho documento, sabedor de nuestro interés por todo lo relacionado con el poeta y maestro. Debió ser uno de los últimos escritos de Julio Mariscal, y en él se ensalzan nuestras tradiciones festivas en torno al caballo, haciendo además alusión al contrabando, actividad a la que, arriesgando su vida, debieron acudir algunos paterneros para resistir la miseria de aquellos años.

El siguiente punto (era ineludible) llevó nuestros pasos a la Plaza del Pozo Medina (donde se encuentra la conocida estatua de la Petenera, obra del recordado Jesús Cuesta Arana). Allí fue Cecilia Barrera, concejala de Flamenco del Ayuntamiento de Paterna, la encargada de leer un texto de Mariscal sobre nuestro cante grande: la Petenera. Además de ella, se personaron diferentes autoridades de nuestra población: el concejal de cultura José García Quiñones o la presidenta de la mancomunidad de la Janda Mª de los Santos Sevillano Villegas. En lugar de sobre un azulejo, este texto se encuentra tallado en una plancha de metal sobre un óxido envejecido. En estas líneas, Mariscal deja patente su faceta como flamencólogo, sin duda una de sus pasiones y uno de los vínculos que le hicieron conectar con nuestro pueblo de manera más profunda.

Pozo Medina arriba, nos esperaba un nuevo azulejo al inicio de la calle Juan Macías, donde don Julio nos ilustra sobre la celebración del Corpus, y donde describe a las distintas personalidades  que por él desfilan, seguidas del pueblo, aludiendo a las diferentes jerarquías de una sociedad estamentada. La lectura de este texto corrió a cargo del ya nombrado Salvador Valle Almeda.

Al salir de allí, con la emoción de ese peregrinaje en torno a las palabras del poeta, subimos para virar a la derecha por la callé Alcalá, hasta llegar a la emblemática calle Real, en la que nos esperaba una copla que él dedicó a dicha calle, y que dice así:

“Como el fandango alosnero/calle Real, te pondría,/las esquinitas de acero./Que no las doble el levante/y que las tire por tierra/la gracia fina de un cante.” Nuestro insigne cantaor Rufino de Paterna, tirando de su anecdotario y de su sabia dulzura particular, quiso compartir con los presentes que recordaba a don Julio hablarle de las esquinitas de acero que, pensando en el famoso fandango de Alosno, él creía ver en nuestra calle Real, calle por la que paseaba Mariscal habitualmente, en compañía de los paterneros, y también de los amigos poetas que a veces lo visitaban en nuestro pueblo, entre los que se recuerda a Aquilino Duque, Fernando Quiñones, Gloria Fuertes e incluso Gerardo Diego.

Como no podía ser de otra manera, la ruta terminó en la Plaza de la Constitución, donde nos esperaba el último azulejo, colocado en la fachada de la Iglesia Nuestra Señora de la Inhiesta. Este azulejo es el último inquilino de una pared que, custodiada por el busto elegante de El Perro de Paterna, está coronada por un cuadro de la Virgen de la Soledad, de la que él fue un gran devoto, llegando a ser Hermano Mayor de su hermandad en Paterna, así como lo sería también de la hermandad homónima en Arcos. Sobre el azulejo, una saeta dedicada a la Virgen de la Soledad de Paterna, que fue leída por el párroco de nuestra localidad, Gerardo de la Hoz.

Para terminar el acto, Verso Transverso nos regaló la interpretación de varios poemas, entre ellos “El pueblo”, poema recientemente musicado por el cantautor Javier Salmerón, que se encontraba entre los presentes. Junto a él los también cantautores Juan Luis Pineda, de la vecina localidad de San José del Valle, y Fernando Lobo, de Cádiz. Venían acompañados del escritor isleño Eduardo Formanti, que completaba el elenco de escritores, junto al mencionado Pedro Sevilla. Todos ellos han pasado a lo largo de estos años por nuestra asociación, en las diferentes actividades culturales que venimos planificando desde el año 2014. Diferentes asociaciones y entidades locales, como la Asociación de Memoria Histórica de Paterna, Radio Paterna FM o Ramales estuvieron también representadas en el desarrollo de la Ruta.

Dos textos líricos y cuatro en prosa (se ha convertido nuestro pueblo en el único sitio donde podemos leer la prosa poética de Mariscal) cuelgan ya de las fachadas paterneras, para el disfrute de lugareños y foráneos. Además de un día para seguir estrechando los vínculos entre los pueblos de Arcos y Paterna en torno a la figura de Julio Mariscal Montes, el pasado domingo 27 de noviembre se convirtió un día de reencuentros, donde ante todo estuvo presente el amor por la cultura y la recuperación de un patrimonio cultural que de otra manera se iría perdiendo de la memoria colectiva de Paterna.

Desde nuestra asociación, a lo largo de estos años han visto la luz el documental “Recordando a Julio Mariscal”, dirigido por Antonio Lozano Gil a partir de una idea original de este que os escribe; la revista Impresiones nº 12 (dedicada al poeta Julio Mariscal Montes para conmemorar el 40 aniversario de su muerte), así como una serie de actividades planificadas con la intención de salvaguardar la memoria del poeta en nuestro pueblo. Esta ruta para nosotros no es un final. Todo lo contrario. Esperamos que a partir de su creación se continúen sellando los vínculos que unen a los dos pueblos de Julio Mariscal: Arcos de la Frontera y Paterna de Rivera.

 

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