La moderación en la contracción del PIB español en el cuarto trimestre fue resultado de la menor contribución negativa de la demanda nacional, que pasó de -6,6 puntos a -5,3 puntos, frente a la reducción en cuatro décimas de la aportación positiva de la demanda externa al crecimiento, que pasó de 2,6 puntos a 2,2 puntos.
Dentro de la demanda interna, sus dos principales componentes, el consumo de los hogares y la inversión, mostraron un comportamiento más positivo en el trimestre, aunque con distinta intensidad. Así, el gasto en consumo final de los hogares recortó un punto y medio su crecimiento negativo, desde el -5% al -3,5%, mientras que la inversión registró una tasa interanual negativa del -12,9%, frente al -16% del trimestre anterior.
Los datos publicados hoy por Estadística coinciden con las cifras avanzadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado 11 de febrero, y con las previsiones que realizó el Banco de España.
También constatan las previsiones del Gobierno, que estimaba que la economía española no saldría de la recesión en 2009 y que el PIB registraría una caída global del 3,6% en el conjunto del año. Este descenso del 3,6% que se anotó la economía española en 2009 representa la mayor caída de la actividad de las últimas décadas.
La tasa interanual del PIB del cuarto trimestre de 2009 (-3,1%) mejora en nueve décimas la registrada en el trimestre anterior (-4%) y supone la quinta caída trimestral consecutiva tras los retrocesos del 1,2%, 3,2%, 4,2% y 4% experimentados en el cuarto trimestre de 2008, y los tres primeros trimestres de 2009, respectivamente.
Por su parte, la variación intertrimestral de la economía española se situó en el -0,1% en el cuarto trimestre, atemperando en dos décimas el descenso experimentado en el tercer trimestre (-0,3%). Con éste, ya son seis los trimestres consecutivos en los que se contrae el PIB español, que oficialmente entró en recesión (dos trimestres de crecimiento negativo) a finales del año pasado.
Los expertos creen que debido a la desaceleración en la caída del PIB, la economía española podría salir de la recesión en el primer trimestre de este año, con un leve crecimiento positivo, de apenas unas décimas, pero suficiente para seguir a otros países en la senda de la recuperación.
El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, registró en el cuarto trimestre una reducción del 6,1%, frente a la tasa del -7,2% registrada en el tercer trimestre, lo que se tradujo en la destrucción de 1,125 millones de puestos de trabajo en un año. En el conjunto del año, se destruyeron 1,271 millones de empleos.