España se ha fijado como uno de los objetivos de la cumbre de la OTAN que la organización mire al flanco sur y a amenazas como la fragilidad institucional y política y el tráfico de drogas, armas y personas, aunque los expertos ven complicado que esa petición se asuma en la nueva estrategia de seguridad de la Alianza.
Así, profesores y analistas consultados por Efe coinciden en que, finalmente, la OTAN optará por centrar sus esfuerzos en la amenaza que suponen Rusia o China y deje el flanco sur en manos de actores regionales, con quienes impulsará la “seguridad cooperativa”.
Para el profesor del grado en Relaciones Internacionales de la Universidad Europea Frédéric Mertens resulta obvio que el principal objetivo de la OTAN va a ser redefinir su alianza contra Rusia, lo que va a generar consecuencias en los otros escenarios mundiales.
“Van a centrar todo su esfuerzo en el este y dejar la parte del sur en un segundo plano”, pese a que la zona incluye una treintena de países y “todos ellos generan amenazas con capacidad de crear peligro y desestablizar”.
Sin embargo, Mertens ve tres grandes focos de tensión que van a complicar la nueva definición estratégica de la alianza.
Así, la creciente presencia de Rusia y China en zonas geográficamente alejadas como África, el interés de Estados Unidos por girar su atención hacia Asia, y el hecho de que importantes miembros de la OTAN como Francia, Turquía Italia o Grecia tengan su propia agenda en el sur, enumera.
Por ello, este experto considera que la solución más plausible es que la OTAN centre su atención en Rusia y China y deje la seguridad de África bajo responsabilidad de la Unión Europea, con quien buscará compartir responsabilidades y tareas.
Los expertos del Real Instituto Elcano también coinciden en que la guerra en Ucrania y la necesidad de reorganizar el orden de prioridades van a ser centrales en el debate en torno al futuro papel de la OTAN.
Así, el director de la Oficina de Elcano en Bruselas e investigador principal, Luis Simón, argumenta en un artículo, “La OTAN y el sur tras Ucrania”, que “es de esperar que el nuevo concepto estratégico dé preferencia al flanco oriental e incluya una priorización de la defensa colectiva por encima de la gestión de crisis y la seguridad colectiva".
Con todo, considera que la OTAN no debe de descuidar el sur, donde la competición estratégica con Rusia y China es igualmente importante y donde problemas transnacionales o asimétricos como el terrorismo, el crimen organizado, la proliferación de armas ligeras y la migración irregular seguirán generando focos de inestabilidad.
Pero Simón no cree que la OTAN vaya a involucrarse más en la región, sino que finalmente optará por invertir en la resiliencia y el desarrollo del sur y una mayor consolidación de los lazos con los actores regionales y otras organizaciones relevantes, empezando por la UE.
Para el profesor de Relaciones Internacionales y experto en seguridad de la Universidad Pontificia Comillas Javier Gil, también está claro que “el flanco sur se ve complejo y peligroso, pero nada comparado con la amenaza en el norte” y “no parece posible ni factible que la OTAN divida su atención; si todo es importante, nada es importante”, asegura en conversación telefónica con Efe.
En opinión de Gil, ante la diversidad de amenazas, lo más probable es que la organización insista en que tanto la UE como la propia España se hagan responsables de su propia seguridad y no se escuden en delegar tanto en organismos internacionales.
Finalmente, y preguntado por la reclamación de que Ceuta y Melilla se incluyan también bajo el paraguas protector de la OTAN, lo que obligaría a los países miembros a salir en defensa del territorio si fuera atacado, Gil también lamenta la “absoluta dejadez de España durante 40 años”.
Así, recuerda que cuando se definió el territorio de seguridad de la OTAN, se establecieron como límites el Trópico de Cáncer y el Atlántico, de modo que Canarias sí entra en el territorio protegido, pero Ceuta y Melilla no.
“Y ahora la OTAN no lo va a aceptar de ninguna manera”, asegura Gil, quien señala la habilidad con la que Marruecos “ha tejido una red de intereses muy fuertes con países como Estados Unidos o Francia y ya no hay nada que hacer”, ha considerado.