En las situaciones límite, donde ya muchos esperan la desgracia, el Málaga es ese club que sabe agarrarse a la última grieta del precipicio, encuentra la forma de buscar fuerzas y acaba llegando al objetivo: avanzar, sin caer. Tras esta victoria en Tenerife (0-2) la distancia de dos puntos que generaba ansiedad es ahora de cinco puntos que sí son colchón, aunque no sea matemático. Marcaron los últimos de la clase, que llevan tiempo siendo los primeros: Álvaro Vadillo y Aleix Febas reflotan al Málaga. Lo de Dani Martín y su recta final defendiendo a capa y espada la portería es digno de valorar, y en el Heliodoro se reafirmó como salvador.
Hubo en tierra canaria un once rompedor y una vuelta deseada. Luis Muñoz, al tajo. Dani Lorenzo y Víctor Olmo, titulares, al igual que Ismael Casas por delante de Víctor Gómez, sorpresa que acabó teniendo una explicación y un rédito bueno para el equipo. El Málaga salió a ganar y pronto obtuvo premio con un gol fabricado desde un centro lateral. Ismael Casas oteó el horizonte, asistió a Vadillo, que ganó el saltó y sacó un testarazo al más puro estilo Roque Santa Cruz (1-0).
Poco tiempo después, otra buena jugada combiativa dejaba buen poso en una primera parte donde casi se encaja un gol que parecía cantado del Tenerife. Otra vez Dani Martín se mantuvo firme en una doble parada clave. Lo estuvo en todo el partido con tres apariciones sensacionales.
El mejor Málaga llegó tras el descanso, cuando encontraron espacios con Febas entre líneas y Luis Muñoz. El de Nueva Málaga, que volvía al césped como titular tras meses de lesión de rodilla, finalizó un contragolpe acompañado de Vadillo y Febas, y este último cogió el rechace y la metió para amarrar la salvación (0-2). En ese éxtasis se rozó el tercero con un disparo al palo de Casas, y a partir de la hora de partido (ya sin Luis Muñoz en cancha) la bola fue del Tenerife.
Los locales tuvieron dolores de cabeza para traspasar la frontera defensiva de un buen Málaga atrás. Escassi parece que lleva siendo central cinco temporadas. En esos momentos de zozobra, tangana incluída, volvió a aparecer Dani Martín en un mano a mano que evitó el 1-2 y el susto posterior. Poco más pudo rascar el Tenerife en el descuebnto.
El equipo respondió a las necesidades del momento. Ahora, con seis puntos en juego, toca cerrar el objetivo de la permanencia en casa el próximo sábado ante el Burgos.