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Derrota, pitada y decepción ante el Leganés (0-2)

El Málaga cierra el año con derrota por 0-2 ante el Leganés con goles de Omeruo y Juan Muñoz y se lleva una pitada monumental en La Rosaleda

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  • El equipo teminó desquiciado e incapaz de reaccionar en un mal partido. -

Pitos y con razón. Ningún tiro a puerta, inmensa decepción. Impotencia. Mala imagen ante un Leganés que no necesitó hacer mucho, simplemente tener más colmillo y competir, aprovechar un balón parado y un contraataque para ganar 0-2. Ambiente de decepción. Dos sentencias lanzadas mediante cánticos de la afición: “José Alberto, dimisión” y “Málaga somos nosotros”. Para colmo, tangana al final. El Málaga bueno, el de casa, se olvidó de serlo.

A un equipo sin último pase, sin creación y sin juego por dentro, la opción del canterano Dani Lorenzo parecía lo más sensato del once ante el Leganés con el exmalaguista Recio en el medio campo, luciendo galones y brazalete de capitán. El Málaga salió algo dormido, como Escassi en el minuto 10, que perdió un balón en la frontal que casi acaba en tragedia. Dani Martín salvó el gol en varias ocasiones mientras el Málaga echaba en falta la posesión. La escena puede definirse en ver a Brandon corriendo sin demasiado rumbo ni participación.

Por la banda de Víctor Gómez y Antoñín se empezaron a generar cosas tímidamente, la siesta terminó y los decibelios se impusieron. Dani Lorenzo conectó con Víctor, que la cruzó demasiado en la ocasión más clara al término del primer tiempo. Nada más allá de eso.

El gol de los pepineros terminó de desquiciar a una Rosaleda que no comprendía esa falta de ritmo del equipo. Cinco minutos tardó el Lega en marcar el 1-0 a balón parado, con un remate de placer de Omeruo propiciado por la mala posición defensiva para tirar el fuera de juego. Otra vez a remolque y obligado a tocar teclas.

Hicham y Roberto entraron pronto al verde, pasando a un 4-4-2 aunque implicara sacrificar a Dani Lorenzo, que estuvo correcto. La incomodidad no desapareció, no se hilaban cuatro pases seguidos y los atacantes andaban desesperados pidiendo el pase que nunca llegaba. La cosa es sencilla: no existe centro del campo en un equipo que van con Genaro y que tiene en Escassi un tercer central que se incrusta en salida de balón.

Sekou y Cufré fueron los siguientes cambios, pero treinta segundos después vino el jarro de agua fría en forma de gol del Lega, obra de Juan Muñoz en un contragolpe que vino de un balón parado mal ejecutado. De aquel Málaga que hacía de su estadio un muro solo queda su sombra. Había maneras mucho mejores de cerrar el año que la que se dio este sábado.

Al final del encuentro, la plantilla se acercó al Fondo Sur a pedir perdón por lo sucedido. A pedir perdón por tan poco. Aunque quizá venga bien tocar fondo ahora para resurgir en la segunda vuelta. Son cuatro jornadas seguidas sin ganar. Habrá que conformarse con volver a casa por Navidad en mitad de la tabla.

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